Las hemorroides, también conocidas como almorranas, aparecen cuando el tejido interno del ano se engrosa y se «descuelga». Se les llama cojinetes o almohadillas anales y pueden ser externas o internas. Las hemorroides externas están bajo la piel del ano y las internas se encuentran en la parte mas baja del recto, aunque pueden asomar hacia fuera a través del ano.
El síntoma más frecuente es el manchado de sangre roja con las heces o en el papel higiénico.
Las hemorroides internas no suelen doler. Puede pasar que si salen a través del ano (de forma intermitente o permanente) causen incomodidad, picor anal (prurito) o dolor.
En ocasiones, causan un cuadro agudo de dolor, especialmente si han asomado fuera y no pueden regresar al interior.
Por otro lado, las hemorroides externas pueden «coagularse» (trombosis). Adquieren el aspecto de bultos duros, amoratados y muy dolorosos en la parte externa del ano, que pueden sangrar al romperse.
Pueden influir varios factores: el estreñimiento crónico o la diarrea, los esfuerzos importantes para evacuar las heces, el estar sentado en el WC durante periodos prolongados, la escasez de fruta y verdura en la dieta o el embarazo.
¿Producen cáncer las hemorroides?
No. No existe ninguna relación entre las hemorroides y el cáncer.
Sin embargo, los síntomas de las hemorroides, sobre todo el sangrado, pueden ser parecidos a los del cáncer colorrectal y otras enfermedades del aparato digestivo.
En caso de sangrado a través del ano es importante consultar con un médico.
La dieta adecuada y un estilo de vida activo son medidas fundamentales en el tratamiento de las hemorroides. Además, pueden ser suficientes si los síntomas son leves.
Las recomendaciones incluyen: seguir una dieta rica en fibra, buena hidratación (1,5 a 2 litros de agua al día), practicar ejercicio físico, evitar los esfuerzos durante evacuación y no permanecer periodos prolongados en el WC.
Los baños de asiento con agua templada durante unos 10 minutos pueden también proporcionar algo de alivio (cada 4-6 horas y tras las deposiciones).
Sin embargo, en los casos que estas medidas son insuficientes y los síntomas persisten pueden ser necesarios otros tratamientos.
Ligadura (banda) elástica: la banda se coloca en la base de la hemorroide. Esto deja una cicatriz y evita que vuelva a asomar. Suele hacerse sin anestesia y sin ingreso. En ocasiones puede requerir varias sesiones.
Esclerosis: se realiza mediante la inyección de una sustancia química en la base con el mismo objetivo que las ligaduras.
Hemorroidectomía: Extirpar las hemorroides. Se realiza bajo anestesia. En ocasiones, el paciente pasa una noche en el hospital y otras veces puede dormir en su domicilio. Está indicada cuando fracasa el tratamiento previo sin cirugía y cuando las hemorroides son muy voluminosas. El paciente suele necesitar calmantes en su domicilio durante el postoperatorio pues asocia dolor leve a moderado.
Ligadura arterial hemorroidal: las arterias de las hemorroides se dejan sin riego . También se realiza bajo anestesia y los pacientes pueden dormir en su domicilio en algunos casos.