Un tratamiento individualizado y conservador es un buen principio terapéutico. Si es asintomático no requiere tratamiento. Si genera molestias, de inicio se han de cumplir algunas recomendaciones higiénicas y el rasurado de la zona. Si existe una infección aguda y absceso, se debe drenar bajo anestesia. En casos de sintomatología crónica, existen diferentes opciones quirúrgicas que varían desde una apertura simple hasta técnicas de extirpación y reconstrucción de acuerdo a la complejidad del caso. Algunos desarrollos tecnológicos, como el láser o técnicas endoscópicas mínimamente invasivas, también han sido empleados en esta enfermedad.